Un método basado en el estudio del comportamiento maternal en ratones hembra representa un importante avance hacia el conocimiento de los mecanismos cerebrales que desencadenan la agresividad. Los resultados de este trabajo se publican en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience.
Las funciones visuales, como la percepción de la dirección del movimiento, se empiezan a desarrollar poco después de nacer y continúan su progreso mientras los bebés crecen. Ahora, un nuevo estudio publicado en PLoS Biology revela que las áreas cerebrales responsables de la visión comienzan su expansión a una edad muy temprana.
Un trabajo de investigadores estadounidenses, presentado en el Congreso Europeo del Cáncer, que se celebra en Viena (Austria) hasta el 29 de septiembre, ha analizado las características genéticas de 86 metástasis cerebrales, comparándolas con las de su tumor de origen. El estudio concluye que las metástasis evolucionan de forma diferente a como lo hace el tumor primario y, por ello, deberían recibir un tratamiento independiente.
Un estudio demuestra por primera vez la posibilidad de volver a caminar –sin depender de extremidades robóticas controladas manualmente– tras una paraplejia ocasionada por una lesión de la médula espinal. El hallazgo se ha probado en un hombre de 26 años que llevaba cinco años en una silla de ruedas, aunque todavía serían necesarios más análisis para poder extrapolar estos resultados al resto de personas con esta discapacidad.
Científicos de la Universidad de Zaragoza han logrado unas neuroprótesis que utilizan información del cerebro humano para adaptar su comportamiento y aprender tareas nuevas. A partir de ahora estas máquinas, como los brazos robóticos y los exoesqueletos para personas con problemas de movilidad, ejecutarán órdenes y mejorarán las acciones de acuerdo a las necesidades del paciente a lo largo de su vida.
Un nuevo estudio analiza cómo las neuronas más vulnerables al párkinson consumen cantidades inusualmente altas de energía. Esta enfermedad neurodegenerativa afecta al 2% de las personas mayores de 65 años, unos 150.000 pacientes en España.
Investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) han descubierto que un solo evento molecular en las células –un pequeño cambio en una proteína llamada PTBP1– podría ser la clave de cómo los humanos han evolucionado para convertirse en el animal más inteligente del planeta.
Los astrocitos, uno de los principales tipos de células cerebrales junto con las neuronas, participan activamente en la coordinación de la actividad cerebral. Esta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Estas células podrían desempeñar un papel importante como futuras terapias en enfermedades como el Parkinson o Huntington.
Un estudio internacional, dirigido por el paleoneurólogo Emiliano Bruner del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, recoge las relaciones entre craneología funcional y áreas parietales y establece que el cerebro moldea la forma del cráneo, pero no tanto la extensión de sus huesos. Según el equipo de investigación, a lo largo del desarrollo craneal los lóbulos parietales se "mueven" bajo los huesos de forma independiente.
Reconstrucción del cerebro de Victoriapithecus macinnesi / Fred Spoor (Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology)