Tras más de veinticinco años de protección, la reserva marina de las islas Medes ha logrado que las poblaciones de mero, sargo imperial y lubina estén prácticamente recuperadas y las de corvina estén en fase de estabilización. Sin embargo, la dorada continúa en declive, quizás por el efecto de la pesca en los límites de la reserva, según señala un artículo publicado en la revista PLOS ONE.