A diferencia del higgs, descubierto en 2012 en el gran colisionador de hadrones del CERN, físico teóricos de las universidades de Granada y Johannes Gutenberg en Alemania proponen la existencia de una partícula tan pesada que sería imposible de producir directamente en ese experimento. Podría ser una ventana para desentrañar los misterios de la materia oscura.
Las colaboraciones científicas CMS y ATLAS del Laboratorio Europeo de Física de Partículas han obtenido nuevos resultados que muestran cómo el bosón de Higgs se desintegra en dos muones, unas partículas similares al electrón pero más pesadas. Se calcula que solo uno de cada 5.000 higgs producidos en el gran acelerador LHC experimenta este fenómeno.
Nuevas investigaciones sobre el bosón de Higgs, explorar la frontera de las altas energías, finalizar el LHC de Alta Luminosidad y promover un colisionador positrón-electrón que actúe como ‘factoría de higgs’. Estas son algunas claves de la estrategia presentada por el Consejo del CERN para guiar la física de partículas en Europa en los próximos años.
Tras lograr enormes progresos en la comprensión del bosón de Higgs, el gran colisionador de hadrones (LHC) del CERN y todos sus experimentos se han parado esta semana para revisar el gigantesco colisionador e introducir mejoras importantes a lo largo de los próximos dos años. Los haces de protones volverán a circular por el LHC en la primavera de 2021.
La interacción débil, una de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza, está mediada por dos bosones: W y Z. Ahora el gigantesco detector ATLAS del gran colisionador de hadrones del CERN ha registrado la primera medida de gran precisión de la masa del bosón W. Su valor ronda los 80370 megaelectronvoltios.
La desintegración del bosón de Higgs en dos quarks botton o en dos leptones taus, la mejor medida del llamado ángulo de mezcla débil, la primera evidencia de un extraño proceso de interacción débil y datos inéditos en la búsqueda de materia oscura. Estos son los últimos resultados del LHC presentados en Venecia durante la última Conferencia Internacional de Física de Altas Energías.
Con datos del experimento ATLAS del gran colisionador de hadrones del CERN, científicos del Instituto de Física Corpuscular (Valencia) han coordinado una investigación que logra mejorar en más de un 50% los análisis para buscar nuevos bosones de Higgs en el LHC. Si se encuentran, sería un espaldarazo para la teoría de la supersimetría, donde para cada partícula conocida se propone otra nueva más pesada.
Una centésima de nanosegundo después del Big Bang se decidió nuestro destino, cuando el bosón de Higgs se decantó ligeramente por la materia frente a la antimateria y se originó todo. Así lo cuenta el físico italiano Guido Tonelli en su libro El nacimiento imperfecto de las cosas, que ha presentado en España. El que fuera uno de los protagonistas del descubrimiento del famoso bosón habla con Sinc sobre los momentos agridulces vividos en el CERN y los grandes retos que quedan por delante.
Tres años después del anuncio del descubrimiento del bosón de Higgs, el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) ha presentado la imagen más nítida de esta nueva partícula. Según la institución, las mediciones combinadas de los equipos de los detectores ATLAS y CMS del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) han permitido desvelar nuevos detalles sobre cómo se produce y se desintegra el bosón, además de determinar cómo interactúa con otras partículas.
El Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) tenía previsto que la semana del 23 de marzo de 2015 los haces de protones viajarían de nuevo por el LHC. El tiempo se ha cumplido, y a partir de este miercoles pueden anunciarlo en cualquier momento. Sin embargo, las primeras colisiones a 13 teralectronvoltios, una energía casi el doble de la que tenía la gran maquina antes de sus mejoras, se esperan a partir de mayo. Nuevos bosones de Higgs, partículas exóticas, dimensiones extras o datos inéditos sobre la materia oscura y la antimaria pueden aparecer en la nueva etapa.