Los científicos de BICEP2, que en marzo anunciaron haber detectado las ondas gravitacionales de los ecos del Big Bang, han publicado sus resultados en la revista Physical Review Letters precedidos por la polémica: en estos meses, la comunidad de físicos ha expresado sus dudas sobre su validez. La propia revista reconoce la posibilidad posibilidad real de que sea fruto de polvo polarizado más que de efectos primordiales.
Señales modo B captadas por BICEP2. / BICEP2
Cerca de un millar de los científicos más relevantes del mundo debatirán en Valencia sobre cuestiones actuales en física de altas energías. Entre los asistentes a la 37ª Conferencia Internacional de Física de Altas Energías estarán François Englert, nobel de Física en 2013 por el mecanismo Brout-Higgs; y Alan Guth, uno de los padres de la teoría de la inflación cósmica tras el Big Bang.
Hace un par de meses los científicos del telescopio BICEP2 anunciaron la primera evidencia sobre las ondas gravitatorias del comienzo del universo, pero sus datos se podrían basar en una mala interpretación de un mapa del satélite Planck que les sirvió de referencia. El rumor se extiende rápidamente por internet, aunque el equipo descubridor defiende su trabajo.
El anuncio de la primera evidencia sobre la inflación cósmica y las ondas gravitatorias cuánticas que surgieron en los inicios del universo ha sido valorado como uno de los grandes descubrimientos del siglo, un hito extraordinario equiparable al del bosón de Higgs. Sinc ha hablado con grandes expertos para entender su alcance y saber cuándo se confirmará. Todas las miradas están puestas ahora en los resultados del satélite Planck.
Los astrofísicos llevaban décadas esperando este momento y los datos han llegado desde el radiotelescopio BICEP2 en el Polo Sur. Un equipo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en EE UU, anuncia hoy tres grandes descubrimientos relacionados: la primera prueba directa de que existen las ondas gravitacionales predichas por Einstein, la ansiada evidencia de la inflación cósmica y la apertura de una vía para unificar las fuerzas fundamentales de la naturaleza mediante la gravedad cuántica.