La toxicidad de los insecticidas utilizados para el control de la malaria podría verse comprometida por la temperatura ambiente. Por eso, un nuevo estudio subraya la necesidad de evaluar estos compuestos bajo condiciones reales de terreno. Los autores advierten que los resultados obtenidos en el laboratorio deben interpretarse con precaución ya que las condiciones son limitadas. En el campo, sin embargo, las temperaturas pueden variar significativamente a lo largo de una misma jornada.
Un grupo internacional de investigadores ha descifrado por primera vez el mecanismo por el cual una sustancia, llamada anophelina, se une a una enzima, la trombina, implicada en el proceso de coagulación sanguínea. Este descubrimiento abre la puerta al diseño de una nueva generación de fármacos anticoagulantes con un funcionamiento totalmente diferente al actual. Además, pretende ayudar en la lucha contra la propagación de la malaria diseñando inhibidores de esta sustancia.