El trabajo de las científicas se valora menos y muchas veces se atribuye a sus compañeros. Este hecho se conoce como el efecto Matilda en honor a Matilda J. Gage, activista que reivindicó el papel de las mujeres en la ciencia. Ahora, una iniciativa toma su nombre para contrarrestar los estereotipos de género y devolver a las investigadoras su lugar en los libros de texto.