Suscríbete al boletín semanal

Recibe cada semana los contenidos más relevantes de la actualidad científica.

Agencia Sinc
Si estás registrado

No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.

Si todavía no estás registrado

La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.

Selecciona el tuyo:

Periodistas Instituciones

Perseidas 2024 a partir de medianoche

Este año la famosa lluvia de estrellas se observará mejor cuando la Luna se haya puesto por el horizonte. El pico de actividad se espera en torno al 12 de agosto, con la posibilidad de ver varias decenas de meteoros por hora en lugares sin contaminación lumínica, apuntan desde el Observatorio Astronómico Nacional.

El radiante de las perseidas se sitúa en la constelación de Perseo
El radiante de las perseidas, el punto desde el que parecen surgir, se sitúa en la constelación de Perseo. Este semidios griego salvó a la princesa Andrómeda, hija de Casiopea, y se casó con ella. Sus constelaciones están próximas. / Observatorio Astronómico Nacional (OAN)

Llega la lluvia de meteoros más famosa del año: las perseidas. También se conocen como lágrimas de San Lorenzo porque su máxima actividad se produce cerca de esa festividad (10 de agosto), aunque en realidad suele ocurrir algún día después. Este año, en concreto, su pico máximo se alcanzará en torno al 12 de agosto

La actividad más intensa de las perseidas de este años será las noches del 11 al 12 y del 12 al 13 de agosto

“Aunque es posible ver estrellas fugaces de esta lluvia desde finales de julio hasta bien avanzado agosto, esperamos que la actividad más intensa se concentre durante las noches del domingo 11 al lunes 12 de agosto, y del 12 al martes 13”, explica Miguel Querejeta, investigador del Observatorio Astronómico Nacional (OAN).

El experto recuerda que el momento exacto del máximo de las lluvias de estrellas en general, y las perseidas en particular, es bastante aleatorio y difícil de predecir, y pone el ejemplo del año pasado: “Se esperaba el máximo de actividad una noche, pero en España vimos una tasa mayor de meteoros durante la siguiente. De ahí que se recomiende intentar observar las perseidas las noches que rodean al máximo estimado, desde un par de días antes hasta dos días después”.

¿Cuál es el mejor momento para observarlas?

Respecto a la mejor hora para disfrutar de este espectáculo, “este año, al comienzo de la noche, la Luna en cuarto creciente dificultará la observación de los meteoros más débiles”, explica el astrónomo, “por eso, es recomendable observar las perseidas a partir de la medianoche, cuando la Luna se haya puesto, para tratar de ver así un número mayor de estrellas fugaces”. 

Es recomendable observar las perseidas a partir de la medianoche, cuando la Luna se haya puesto, para tratar de ver así un número mayor de estrellas fugaces

Miguel Querejeta (OAN)

Estas parecen emanar en todas direcciones, pero su radiante, el punto desde donde parecen surgir los perseidas se sitúa al noreste en la constelación de Perseo –de ahí su nombre–. Este radiante alcanza una mayor altura sobre el horizonte de madrugada, lo que contribuye también a que la tasa de meteoros sea más elevada durante la segunda mitad de la noche.

¿Cuántas se pueden ver en una hora?

En condiciones ideales, el número máximo de meteoros que se esperaría sería de unos 100 por hora en el momento del máximo si el radiante estuviera en el cenit (el punto más alto del cielo) y sin ninguna contaminación lumínica.

“Pero la tasa exacta de meteoros que se verán un cierto día es muy difícil calcular, porque es un proceso relativamente aleatorio que cambia bastante de un año a otro”, apunta Querejeta, “depende mucho de la fecha y hora a la que observemos y las condiciones del lugar”. 

Algunas perseidas cruzan el cielo nocturno sobre un paisaje montañoso. Al fondo, la Vía Láctea. / Adobe Stock

El astrónomo comenta que en la noche de este viernes al sábado, por ejemplo, hacia la medianoche, se espera una tasa cenital de 48 meteoros/hora, y la noche siguiente, de sábado a domingo, sobre la misma hora, la tasa cenital subiría a 75 meteoros/hora. Luego, en la noche del domingo al lunes se alcanza ya el máximo, con 86 meteoros/hora.

“Sin embargo, a medianoche el radiante no está para nada en el cenit, sino ligeramente elevado sobre el horizonte este –detalla el experto–. Por eso, la tasa real que podemos ver, incluso si nos alejamos de las ciudades y tenemos un cielo muy oscuro, es más bien de unos 20 a 30 meteoros por hora en el mejor caso”.

Esperando hasta la madrugada y con cielos oscuros, se pueden ver varias decenas de meteoros por hora

“Si esperamos hasta la madrugada más avanzada –añade–, la tasa puede subir algo más, quizá hasta unos 30 a 40 meteoros/hora con un cielo perfecto. Pero en condiciones reales, con algo de contaminación lumínica, estos números pueden bajar a unos 10 a 15 meteoros por hora; y lógicamente eso no quiere decir que los veamos todos, porque pueden aparecer en una región del cielo a la que no estemos mirando”.

Alejarse de la contaminación lumínica

En resumen, se pueden llegar a ver “varias decenas de meteoros por hora” –sin concretar un número exacto– en los mejores casos. Para que esto sea así, se recomienda siempre alejarse de las luces de pueblos y ciudades en busca de los cielos más oscuros, además de armarse de paciencia.

No sé necesitan prismáticos ni telescopios para disfrutar de este espectáculo astronómico veraniego. Algunos observadores experimentados se equipan con tumbonas, mantas para tumbarse o alguna ropa de abrigo, por si la vigilia se prolonga hasta altas horas de la madrugada. El objetivo es observar el mayor número de perseidas posible y quizá formular algún deseo.

Perseida captada el 13 de agosto de 2011 desde la Estación Espacial Internacional. / Ron Garan/ISS Expedition 28 Crew/NASA

Perseidas por el comenta Swift-Tuttle

Estas cautivadoras estrellas fugaces son, en realidad, minúsculos fragmentos que ha dejado atrás el cometa Swift-Tuttle (descubierto en 1862 por los astrónomo Lewis Swift y Horace P. Tuttle de forma independiente), que se queman al entrar en la atmósfera terrestre. 

Los cometas, según describen sus órbitas alrededor del Sol, van arrojando al espacio un reguero de gases, polvo y escombros (materiales rocosos) que permanece en una órbita muy similar a la del cometa progenitor.

Cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran distribuidos numerosos fragmentos cometarios. Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los fragmentos rocosos (meteoroides) son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera formando una lluvia de meteoros.

La fricción con los gases atmosféricos calcina y vaporiza los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente denominamos estrellas fugaces. No se trata por tanto de una estrella sino de una partícula de polvo incandescente.

La altura a la que un meteoro se hace brillante depende de la velocidad de penetración en la atmósfera, pero suele estar en torno a los 100 kilómetros. Sin embargo, el alto brillo y la gran velocidad transversal de algunos meteoros ocasionan un efecto espectacular, causando la ilusión en el observador de que están muy próximos.

Los meteoroides de masa menor al kilogramo se calcinan completamente en la atmósfera, pero los mayores y más densos (de consistencia rocosa o metálica), forman meteoritos: restos calcinados que caen sobre el suelo.

Cada año a principios de agosto nuestro planeta cruza la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle –así se llama oficialmente–, que tiene un período de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992.

Esta órbita está llena de partículas pequeñas, como granos de arena o menores, que han sido liberadas por el cometa en sus pasos anteriores. Cuando una de estas partículas, que formaron en su día la cola del cometa, entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, la fricción la calienta hasta vaporizarla a gran altura: se muestra así la luminosa perseida de modo fugaz.

Fuente: OAN
Derechos: Creative Commons.
Artículos relacionados