Ruru malvivía en un establo a las afueras de Kiev cuando el fuego de mortero sorprendió a su propietario, quien no dudó en abandonar al felino y a otras especies exóticas que tenía en su posesión. El #Cienciaalobestia de esta semana relata el esfuerzo de activistas ucranianos y españoles para que este animal dejase atrás la guerra y encontrase un nuevo hogar en Alicante.