Expertos de la Universidad de Sevilla han publicado un estudio en Nature Communications que muestra cómo las células epiteliales adoptan una nueva forma geométrica, denominada escutoide, para que los tejidos puedan curvarse. Este hallazgo permite que los órganos sean capaces de adquirir formas muy complejas pero estables.
La Unión Europea ha tomado la decisión de equiparar los organismos editados genéticamente con la tecnología CRISPR a los transgénicos. Esta homologación, y la obligación de seguir procesos complejos y costosos para la aprobación de productos derivados, puede dejar a las pequeñas empresas del sector agronómico europeo fuera del avance científico más importante de las últimas décadas en este campo, que acabará siendo explotado por las grandes multinacionales.