Los científicos tienen claro que la COVID-19 se transmite a través de las gotitas 'grandes' de saliva, pero no existe consenso sobre si los aerosoles, las diminutas partículas que emitimos al respirar y se mantienen un tiempo en el aire, también desempeñan un papel importante. Una retractación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU ha puesto de nuevo este debate sobre la mesa.