El ratón recolector de las marismas, protagonista del #Cienciaalobestia, compite por su hábitat, cada vez más degradado, con ocho millones de personas en la bahía de San Francisco, en EE UU. Su conservación se complica por su similitud con otro pequeño roedor que no está peligro de extinción. Una nueva herramienta mejora su identificación para evitar su desaparición.