Un equipo de investigadores de la Universidad de Burgos ha comenzado el desarrollo de una nueva técnica informática que ayude en el diagnóstico de diferentes dolencias. Los científicos emplean sistemas de inteligencia artificial que, a partir de información conservada en bases de datos hospitalarias, determinan con mayor rapidez el cuadro de un paciente. Esta investigación, que se encuentra en fases preliminares, ha comenzado con el uso, de forma experimental, de árboles de decisión para detectar posibles complicaciones en una enfermedad grave denominada endocarditis.
Una de las principales causas de muerte súbita en adultos jóvenes, con una incidencia mayor entre los atleta, es la miocardiopatía o displasia arritmogénica del ventrículo derecho (MAVD). Una nueva investigación busca una metodología diagnóstica y precoz, así como terapias para revertir estas enfermedades.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado hoy los resultados relativos al gasto de las empresas en protección ambiental en el año 2009. Según revela la encuesta sobre medio ambiente en la industria, los gastos en protección del medio ambiente de las industrias disminuyeron un 17,3% respecto al año anterior.
Un proyecto pionero de investigación trata de encontrar nuevos ingredientes que actúen sobre la regulación del apetito y la obesidad, principalmente a partir de productos alimentarios como cereales, frutas, leguminosas y aceitunas.
Investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela diseñan un sensor que permite detectar de manera selectiva un determinado tipo de proteínas relacionadas con el cáncer. El trabajo se publica en la nueva revista de referencia de la química mundial, Chemical Science, editada por la Royal Society of Chemistry (UK).
Para conocer y afrontar mejor variaciones en el clima como las producidas por el calentamiento global hace falta saber qué ocurrió en el pasado más reciente. Así lo refleja una investigación liderada por la Universidad Rovira i Virgili (URV) que revela que en la actualidad, la comunidad científica solo puede acceder y analizar un 20% de la información registrada sobre el clima. El resto de los datos climáticos no se encuentran accesibles en formato digital.