Las cobras atacan escupiendo o inyectando su veneno con consecuencias letales para sus víctimas. Las personas que sobreviven a su mordedura en África y Asia sufren amputaciones a causa del potente efecto necrosante del veneno en tejidos y células. Un nuevo estudio revela ahora cómo ha evolucionado este método de defensa para convertir a las cobras, protagonistas de #Cienciaalobestia, en uno de los animales más temidos.