Cada una de las células de nuestro cuerpo tiene la capacidad potencial de morir por un programa de muerte celular conocido como apoptosis. Las células en los organismos multicelulares contienen, como los ordenadores modernos, muchos programas que están llenos de códigos que una vez usados en una determinada tarea se convierten en una rutina irrelevante que nadie necesita. La apoptosis o suicidio celular, por ejemplo, se usa de forma regulada para eliminar la saturación de información innecesaria. Disfunciones en la regulación o ejecución del programa de suicidio celular están en el origen de un gran número de anormalidades del desarrollo y enfermedades humanas.
Si existe un postre famoso en Ávila son las yemas de Santa Teresa. Elaboradas únicamente a partir de la yema del huevo y de azúcar, esta golosina lleva siglos endulzando los paladares de los abulenses y de los turistas que cada día regresan a sus lugares de origen con, al menos, una cajita de yemas en la maleta. Pero en todos estos años de vida, los reposteros han tenido que luchar contra un factor determinante: su caducidad. Ahora, ese problema ha finalizado gracias a la última innovación tecnológica del departamento de Investigación y Desarrollo de Yemas de Santa Teresa, la principal productora de este postre a nivel mundial.
La tecnología tal como la conocemos ahora ha tocado techo; según los expertos, la miniaturización en el campo de la microelectrónica tiene una expectativa de no más de cinco años. En este contexto, el futuro es la tecnología de la fotónica del silicio, es decir, utilizar luz en lugar de electrones. Por otro lado, uno de los requisitos de esta nueva tecnología es permitirnos la integración con la tecnología actual. En este sentido, un grupo de la UB ha desarrollado un nuevo dispositivo nanométrico que funciona de manera híbrida con luz y electrones, y que permite codificar información y enviarla en forma de luz.
La Universidad Complutense ha abierto sus puertas al conocimiento sobre los distintos centros históricos en el seminario “La gestión de las ciudades del Patrimonio Mundial: desde el Urbanismo hasta la Arqueología”. El principal reto que estas urbes afrontan: adaptarse al turismo creciente al tiempo que luchar por la conservación de su patrimonio cultural
Un equipo internacional de investigadores y empresas se han unido en el proyecto FlexiDis, financiado por la Unión Europea, para desarrollar una nueva generación de pantallas flexibles y robustas que pueden curvarse para adaptarse a la forma del producto, e incluso enrollarse como una revista. Los científicos se plantean cuál de las tecnologías que se encuentran en fase de desarrollo es la mejor, y el principal reto es sustituir el vídrio de las pantallas por otro tipo de material, siendo el denominado OLED (diodo orgánico emisor de luz) uno de los principales candidatos.