Del tamaño de una semilla de sésamo, una nueva especie de avispa, descubierta en Costa Rica, introduce sus larvas dentro de un insecto vivo para que se alimenten de él hasta la edad adulta. El análisis de especímenes hallados en 1985 revela que, contrariamente a otros parásitos que emplean sus mandíbulas, esta avispa, protagonista de #Cienciaalobestia, hace uso de una serie de dientes situados en su espalda para serrar a su víctima y emerger de ella.