Un estudio internacional analiza 125.584 casos de infección en 25 países para localizar determinantes genéticos de la respuesta al SARS-CoV-2. Este conocimiento es clave para conocer los mecanismos del coronavirus, encontrar tratamientos y proteger a las personas potencialmente más vulnerables.
Incluso en lugares remotos, como la Antártida o la meseta del Tíbet, llueve agua contaminada por agentes químicos sintéticos perfluoroalquilados y polifluoroalquilados (PFAS). Un equipo de investigación europeo asegura que se ha superado su límite planetario, teniendo en cuenta que son compuestos tóxicos persistentes y se propagan por la atmosfera.