Según su edad y, por tanto, su experiencia y condiciones físicas, el rivulín del manglar es capaz de dar saltos de distancias cada vez mayores. Mientras que los fuertes huesos de los más pequeños de la especie, protagonista de #Cienciaalobestia, les permiten brincar durante más tiempo; el desarrollo de su musculatura al crecer les capacita para impulsarse incluso doce veces su propio tamaño.