La sonda Osiris-Rex de la NASA despegó ayer rumbo al asteroide Bennu, un cuerpo que en su superficie rocosa esconde el enigma del comienzo del sistema solar y al que los científicos quieren observar de cerca por su trayectoria potencialmente peligrosa para la Tierra.
La sonda, bautizada como Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos, Seguridad y Explorador de Regolitos (Osiris-Rex, por sus siglas en inglés) despegó a las 19.05 hora local (23.05 GMT) desde el centro de la Agencia Espacial de EE.UU. (NASA) en Cabo Cañaveral, en el estado de Florida. Con su despegue de la base de la NASA, la misión no tripulada inició un largo viaje de siete años, ida y vuelta, al asteroide Bennu, considerado uno de los más cercanos a nuestro planeta al encontrarse a una distancia que oscila entre los 448.792 en su punto más cercano y los 344.075.101 kilómetros.