La inspección inicial proporcionó evidencias de que los componentes básicos de la vida en nuestro planeta están presentes en este objeto celeste de 4.500 millones de años de edad. Los 250 gramos de material analizado constituyen la muestra más grande de asteroide rico en carbono jamás traída a la Tierra.
El contenedor con 250 gramos de material recogido en el desierto de Utah (EE UU) viaja este lunes al Centro Espacial Johnson de la NASA para su análisis. Los resultados ayudarán a científicos de todo el mundo a comprender mejor el origen de nuestro sistema solar y los ingredientes de la vida, además de aportar información de interés en la defensa planetaria.
Este domingo aterrizará en el desierto de Utah (EE UU) una cápsula con trocitos de Bennu, un asteroide rico en carbono que ofrece información sobre el sistema solar primitivo. El acontecimiento se retransmite en directo, tanto en inglés como en español.
Cuando la nave OSIRIS-REx de la NASA descendió en 2020 al asteroide Bennu para tomar muestras, tuvo que disparar sus propulsores para no hundirse en su granuloso suelo. Ahora se han presentado más detalles de aquel contacto de cinco segundos, en el que se recogió ¼ kilo de material que llegará a la Tierra en 2023. Sus minerales de arcillas y carbonatos podrían aportar valiosa información sobre los albores del sistema solar.
El asteroide Bennu, de unos 500 metros de diámetro, a partir de 2135 pasará más cerca de nuestro planeta de lo que está la Luna, aunque la posibilidad de impacto es “extremadamente pequeña” según la NASA. El punto de máximo riesgo será el 24 de septiembre de 2182, con una probabilidad del 0,037 %.
La nave espacial ha ejecutado correctamente todas sus maniobras de acercamiento al asteroide Bennu, se ha posado unos segundos en su superficie, ha tomado muestras y ha vuelto a despegar, según ha informado hoy la agencia estadounidense. En una semana se confirmará si la cantidad de polvo y material obtenido es suficiente para traerlo a la Tierra. De no ser así, se recogerá más en enero de 2021.
La noche del 20 al 21 de octubre se producirá un momento histórico para la misión OSIRIS-REx. La nave aterrizará durante unos segundos en el asteroide Bennu para arrancar material de su superficie y traerlo a la Tierra. La arriesgada maniobra se realizará en una pequeña zona despejada en medio de grandes rocas.
Las naves de la misión japonesa Hayabusa2 y OSIRIS-REx de la NASA han encontrado fragmentos exógenos dispersos por las superficies de los asteroides Ryugu y Bennu, de los que, respectivamente, van a traer algunas muestras a la Tierra. En el caso de Bennu, esas rocas externas proceden del asteroide Vesta.
El asteroide Bennu, clasificado como potencialmente peligroso por su proximidad a la Tierra, es más antiguo de lo esperado, con una edad de entre 100 millones y 1.000 millones de años, y características similares a los meteoritos más primitivos. En su superficie abundan los minerales hidratados y aparecen rocas grandes. Estos son algunos de los datos que ha recogido la nave OSIRIS-REx de la NASA mientras orbita alrededor de él.
Este lunes la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA ha alcanzado el asteroide Bennu. Durante más de un año lo estudiará y cartografiará para preparar un complicado objetivo: descender en julio de 2020 a su superficie, recoger una muestra y traerla a la Tierra en 2023.