Los restos de Pedro II (1240-1285), monarca de la Corona de Aragón cuyos despojos son los únicos de la dinastía que nunca han sido profanados, han sido localizados intactos en una tumba en el monasterio de Santa Maria de Santes Creus (Tarragona). El excepcional hallazgo lo ha realizado un equipo de arqueólogos de la Generalitat y coincide con la celebración del 850 aniversario del complejo cisterciense. Pedro II fue el gran impulsor de la expansión catalana en el mediterráneo y logró convertirse en rey de Sicilia en 1282 gracias, en parte, a su matrimonio con Constanza de Sicilia, que le otorgaba derechos sucesorios.