Hasta ahora, las plantas de reciclado sólo podían recuperar la fibra y parte del aluminio de los envases de tetrabrik. Una iniciativa permite ahora obtener de los tetrabrik, además de una fibra de papel de gran calidad, también un aluminio de gran pureza y energía proveniente del gas que se forma al procesar el polietileno. Se trata de un sistema basado en la pirólisis, literalmente "ruptura mediante fuego", que consigue en separar el papel del polietileno y el aluminio mediante una máquina llamada hidropulper. Por este motivo la Unión Europea les ha concedido el premio "Best of the Best" por su carga innovadora y su relevancia medioambiental.