Situaciones como un golpe con el coche en un semáforo, una bajada complicada por una pista de esquí, una oportunidad laboral importante o un plazo de entrega que hay que cumplir causan estrés agudo. Esta forma de estrés es la más habitual y se da en situaciones que demandan una respuesta urgente.
Un grupo de investigadores ha estudiado cómo responde el cerebro ante esta clase de estrés y han descubierto que su manera de funcionar cambia, aumentando la actividad de algunas regiones cerebrales y suprimiendo otras. Los resultados de su trabajo se publican en la última edición de la revista Science.
Esto activa la detección de amenazas, la lucha o la huida, es decir, ayuda a sobrevivir a corto plazo. En los experimentos realizados durante la investigación, los voluntarios visionaron fragmentos de películas muy violentas y no violentas. Los que vieron contenidos agresivos mostraron un aumento en la capacidad de respuesta y mejoraron la conexión entre las áreas del cerebro involucradas en la atención, la vigilancia y el sistema neuroendocrino.