Hoy se cumplen once años de una catástrofe ecológica que amenazó las azules aguas del Danubio. Una balsa de residuos de una mina de oro en las cercanías de Baia Mare, en Rumanía, comenzó a filtrarse y desbordar sus muros hasta que el vertido cayó en los ríos Lepos y Zamos, afluentes del Tisa, que desemboca en el Danubio. La concentración tóxica rebosó entre 700 y 800 veces los niveles permitidos por las autoridades sanitarias, miles de especies fueron contaminadas y todo el ecosistema fue amenazado.