En la primera página de la edición del domingo 5 de enero de 1896 del periódico austríaco Die Presse, Ernst Lecher publicaba en primicia, para el público general, la noticia del descubrimiento de los rayos X realizado por el físico alemán Wilhem C. Roentgen –escrito Routgen en el artículo original–. La noticia se publicó bajo el título Un descubrimiento sensacional.
Dos meses antes, el 8 de noviembre de 1895, Roentgen había descubierto un tipo de radiación electromagnética desconocida a la que denominó rayos X, por el símbolo matemático que se utiliza para representar una incógnita. Este descubrimiento le valió el Premio Nobel en 1901 y marcó el comienzo de una nueva etapa en la medicina. El físico demostró, de forma casual, que este hallazgo podía ser usado para estudiar el interior del cuerpo cuando realizó la primera radiografía de la historia a la mano de su esposa. Este procedimiento novedoso continúa siendo esencial, hoy en día, en el diagnóstico de enfermedades.