Una revisión de un experimento clásico de los años ’50 ha concluido que los principales componentes de la vida pudieron surgir de las erupciones volcánicas en los comienzos de la Tierra. James Cleaves, del Laboratorio de Geofísica del Instituto Carnegie, y Jeffrey Bada, de la Institución Scripps de Oceanografía, revisaron los experimentos hechos por su antiguo profesor, Stanley Miller, entre 1953 y 1954, en los que demostraba cómo a partir de los componentes de la atmósfera terrestre inicial podían surgir los aminoácidos, clave para la formación de la vida. Gracias al uso de técnicas modernas, los científicos han concluido que las emisiones de gases y los rayos producidos por las erupciones volcánicas dieron lugar a los componentes químicos que están en el origen de la vida.