El VIH ya no es una sentencia de muerte, pero su cura total continúa siendo un desafío para la medicina. Un equipo de la Universidad de California ha identificado una molécula, utilizada hasta ahora en tratamientos de cáncer de piel, que logra acabar con los restos del virus del sida que quedan latentes tras las terapias contra la enfermedad. Esta partícula consigue el efecto de despertar los reservorios durmientes del virus para que puedan ser detectados y eliminados totalmente.