El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) asegura no tener señal del último ejemplar del oso de los Pinireos que sobrevivía en esa región montañosa. Camille, una osa autóctona de los pirineos, enferma y de avanzada edad, no ha sido vista desde hace varios meses por los miembros de vigilancia de esta especie. FAPAS señala que los sucesivos gobiernos españoles y franceses son los "causantes" de la extinción que no utilizaron bien los recursos para conservación del animal. La desaparición de Camille no implica que España se haya quedado sin osos propios. En la Cordillera Cantábrica vive un centenar de osos pardos de la subespecie cantábrica, distribuidos entre León, Palencia, Cantabria y Asturias. Esta población ha aumentado en número en los últimos años, pero el principal problema que tiene para su conservación es que se encuentra separada en dos grupos, aislados carreteras y vías del tren.