El ozono (O3) es vital para la vida en la tierra. Pero este compuesto, que desde la estratosfera protege la vida de los rayos ultravioleta, es tan vulnerable como agresivo, y puede ser letal para los organismos si alcanza ciertos niveles en la capa más baja de la atmósfera. Precisamente, la peligrosidad que le confiere su alta capacidad de oxidación es también su principal ventaja: el ozono elimina bacterias, hongos y malos olores. Investigadores de la Universidad de Oviedo están probando un nuevo sistema para producirlo en mayores cantidades de las que se consiguen con la tecnología vigente.