El próximo sábado se celebra el International Vulture Awareness Day (IVAD). Estas rapaces son conocidas como necrófagas o carroñeras por alimentarse de animales muertos. En España hay cuatro especies: el buitre negro (Aegypius monachus), el buitre leonado (Gyps fulvus), el alimoche común (Neophron percnopterus) y el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).
Las principales amenazas que afectan a los buitres son el uso de veneno en el campo que provoca la muerte de miles de ejemplares (según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente entre el año 2000 a 2010 habrían muerto envenenados 40 quebrantahuesos, 638 buitres negros, 348 alimoches y 2.146 buitres leonados) y la reducción de sus fuentes de alimento.
La eliminación sistemática del ganado muerto en el campo a raíz de la crisis de las vacas locas ha repercutido negativamente en estas aves, que han tenido que recurrir a otras fuentes de alimento. Este es el caso de los ejemplares que se alimentan en vertederos, como ha podido comprobar la organización conservacionista SEO/BirdLife con los buitres negros del Valle del Lozoya (Madrid), siendo la primera vez que se documenta en detalle este hábito en la especie. Además, esta falta de alimento ha conllevado un incremento de los ataques a animales vivos por parte del buitre leonado lo que ha creado localmente algunos conflictos con estas aves.
En España se reproduce el 98% de la población europea de buitre negro, el 94% de buitre leonado, el 82% de alimoche y el 66% de la población europea de quebrantahuesos. De hecho uno de los grandes atractivos para el turismo de naturaleza en España son estas aves ya que en el resto de Europa están extinguidas en muchos países o sus poblaciones son muy pequeñas y mucho menos diversas.