Investigadores españoles han realizado un muestreo completo de más de 50 praderas de Posidonia oceánica del archipiélago balear. El análisis químico de los tallos de las plantas marinas ha permitido identificar las fuentes de metales naturales y antropogénicas de los últimos 30 años en el Mediterráneo. Este estudio revela que las praderas son una herramienta alternativa para el estudio de las condiciones ambientales del pasado para estudiar el cambio climático.