Las feromonas cumplen 50 años

Las feromonas cumplen 50 años
Las feromonas cumplen 50 años

Hace medio siglo, los investigadores Peter Karlson y Martin Lüscher acuñaban, en un artículo en la revista Nature, un término que acabaría teniendo un éxito inesperado en la cultura popular: las feromonas. Karlson y Lüscher aunaron dos conceptos del griego, pherein (transferir) y hormon (excitar) para denominar unas sustancias químicas que se utilizan como señales y medio de comunicación entre individuos de una misma especie. La identificación química del bombykol, la feromona sexual del gusano de seda o Bombyx mori (en la imagen) fue la primera de una larga lista de moléculas identificadas como feromonas.

Para celebrar este aniversario, la revista británica publica un ensayo del profesor de zoología Tristam D. Wyatt, de la Universidad de Oxford, que aborda los debates y avances en este terreno. Y es que una de las principales controversias científicas en torno a las feromonas radica en el hecho de que los mamíferos complejos, entre los que se encuentran los humanos, puedan utilizar estas señales químicas. Si bien en 2005 una investigación pudo confirmar cómo las feromonas estimulan el cerebro de los ratones, todavía no hay estudios concluyentes que hayan conseguido identificarlas en humanos. Uno de los principales candidatos a esta identificación es un compuesto químico que se encuentra en la axila de las mujeres, y que parece ser el responsable de la sincronización de los ciclos menstruales. La resolución de esta incógnita podría, según Wyatt, dar pie al desarrollo de contraceptivos esnifables. Las feromonas nunca dejarán de sorprendernos...

Fuente: SINC / Fernando Cuenca Romero
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