EE UU es uno de los países más ricos del mundo, pero su población pobre sufre muchas enfermedades que son habituales en África, Asia y América Latina. Las ‘enfermedades tropicales olvidadas’, o enfermedades de la pobreza, son evitables, pero es necesario que los políticos y los agentes sanitarios hagan de ellas un asunto prioritario. Éste es el llamamiento que hace el doctor Peter J. Hotez en el número de esta semana de PLoS Neglected Tropical Diseases. Hotez señala que estas enfermedades, causadas por infecciones de diverso tipo, afectan a miles de americanos pobres, especialmente a los que habitan en el delta del Mississippi (incluyendo a la Luisiana post Katrina), los Apalaches, la frontera con México y ciudades del interior, y se ensañan especialmente en mujeres y niños. Además de causar invalidez y de tener rasgos crónicos, estas afecciones acaban fomentando la pobreza, por su impacto en el desarrollo infantil y la capacidad productiva. “El hecho de que estas infecciones de la pobreza representen algunas de las disparidades de salud más grandes en los EE UU, pero sigan en la cola de la agenda de salud pública, es un desastre nacional”, concluye Hotez.