Pruebas químicas, en combinación con datos arqueológicos, sugieren que la industria vitivinícola en Francia podría haberse impulsado debido a la importación del vino de la antigua región de Etruria –que comprende las actuales zonas italianas de Toscana, Lacio y Umbría–, según un estudio que publica la revista PNAS liderado por la Universidad de Pensilvania.
Los científicos exponen que los celtas o galos, atraídos por la "cultura del vino" del Mediterráneo comenzaron a hacer sus propios caldos en Francia desde el 425 a. C. “Este hallazgo podría arrojar luz sobre la evolución posterior de la cultura del vino en Europa y el resto del mundo”, según los autores.