La explosión de la central nuclear de Chernóbil en 1986 provocó la expulsión de material radioactivo y tóxico en un radio de varios miles de kilómetros cuadrados. El accidente forzó a la población supervivente a huir de las áreas afectadas para nunca volver.
Sin embargo, casi 30 años después, un estudio publicado en Current Biology, demuestra que la fauna salvaje encontrada en las inmediaciones de Chernóbil es mucho mayor ahora que antes del accidente.
“Esto no quiere decir que la radiación sea buena para los animales, sino que las consecuencias de la ocupación humana, la caza, la agricultura y la silvicultura pueden ser mucho peores”, apunta Jim Smith, de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) y uno de los autores del trabajo.
Según destacan los autores, la abundancia de alces, corzos, ciervos, jabalíes y lobos en estas zonas es comparable a cuatro reservas naturales de la región que no están contaminadas. Uno de los datos más significativos es que el número de lobos que habita cerca de Chernóbil es siete veces mayor que el de estas reservas naturales.