Un equipo de investigadores españoles ha comprobado que las áreas del cerebro reaccionan ante la belleza y cómo cambian a lo largo del tiempo de la percepción. Este proceso tan rápido de apreciación de la belleza coincide con lo que los especialistas denominan ‘momento ¡ajá!', el proceso mental que conduce a la solución súbita de un problema sin ponerle atención. Tiene relación con la red cerebral que se activa en el cerebro durante el estado de reposo: la red por defecto o default network. El estudio se publica en PNAS.
Ahora, investigadores del grupo EvoCog (Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos –IFISC– de la Universidad de las Islas Baleares y el CSIC) y el Centro de Tecnologías Biomédicas (CTB, Universidad Politécnica de Madrid) han identificado una ‘red estética’ que coincide en buena parte con la red por defecto. La actividad cerebral la han registrado en voluntarios mediante magnetoencefalografía, a través de una máquina que detecta los campos magnéticos generados por la actividad de las neuronas.
Los participantes visionaron imágenes como cuadros del Museo del Prado. Su primer proceso mental tenía lugar en unos 750 milisegundos, donde de forma casi inconsciente se activaban impulsos emocionales. Después, entre los 1.000 y 1.500 ms, las redes cerebrales sufrían un cambio. Ante los estímulos considerados como ‘bellos’, los participantes activaban la ‘red estética retardada’, que convierte en plenamente conscientes los diferentes aspectos –colorido, forma, distribución de la escena– capaces de justificar su decisión.