Bajo el suelo de Río Tinto, en Huelva, un reactor de microorganismos parece estar detrás de la elevada acidez y las altas concentraciones de hierro que caracterizan a este río único en el mundo. Científicos del Centro de Astrobiología acaban de comenzar una campaña de perforación para saber quiénes son y cómo trabajan estas misteriosas bacterias subterráneas. Quizá guarden algún secreto del subsuelo de Marte.