Los sistemas de calefacción antiguos que tienen muchas iglesias españolas originan variaciones bruscas de temperatura y humedad que afectan negativamente a la conservación de su patrimonio artístico, especialmente en las zonas altas. Además, como el calor asciende, las condiciones de los feligreses que están abajo tardan en ser confortables. Así lo revelan los análisis efectuados en una iglesia madrileña por investigadores del Instituto de Geociencias (UCM-CSIC).