Un estudio estadounidense, que se publica hoy en la revista Nature, demuestra que los arroyos ricos en biodiversidad tienen más facilidad para filtrar los contaminantes de nutrientes de sus aguas que aquellos en los que el número de especies es más limitado. El reparto de las funciones entre la diversidad de organismos que conviven en un mismo hábitat convierte el arroyo en una 'esponja' con mayor capacidad de absorción.