Con un espectacular dibujo, Roudier narra el viaje de madurez y venganza de un Homo neanderthalensis. La historia sirve de excusa para plasmar en el papel las costumbres de este pueblo, desde la caza hasta la fabricación de armas, pasando por el enterramiento de los difuntos.
Dejando a un lado las licencias creativas, el trabajo de Roudier demuestra un conocimiento extenso sobre los neandertales. Él mismo responde en un epílogo –con documentación científica en la mano– a algunos lectores asombrados porque los personajes de la historia hablaran.