El lobo ibérico (Canis lupus signatus) vive en hábitats muy diferentes de la Península Ibérica y se alimenta de los recursos de que dispone, desde animales salvajes y domésticos a basuras y desperdicios. En cambio, este predador sobrevive en zonas humanizadas cuando las características del hábitat le permiten refugiarse de los seres humanos.
“Aunque el lobo tenga estrategias muy permeables y plásticas para sobrevivir, el paisaje es el factor de los que hemos analizado que mejor explica la distribución del lobo en Galicia”, indica a SINC Luis Llaneza, investigador de Asesores en Recursos Naturales (A.RE.NA.), y primer autor de un estudio publicado en la revista Diversity and Distributions.