Un estudio publicado hoy en la revista Nature revela que los dos lóbulos que forman el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko (67P) fueron en el pasado dos objetos independientes que posteriormente colisionaron creando un único núcleo común.
Sus autores son un equipo de científicos encabezado por Matteo Massironi, investigador de la Universidad de Padua (Italia), que ha analizado las imágenes captadas por el instrumento OSIRIS de la sonda Rosetta. Los resultados han permitido estudiar la superficie del cometa y entender mejor su composición y origen.
Los datos de la investigación revelan que la estratificación es una de las características estructurales más llamativas del cometa y que los dos lóbulos que lo componen presentan un sistema similar de capas, que recuerda a las que tiene una cebolla. Esto sugiere que ambos cuerpos rocosos se formaron por separado, aunque tuvieran una composición parecida.
Según el estudio, estos dos objetos colisionaron a una velocidad muy lenta para crear el actual cometa 67P, cuyo origen podría remontarse a las primeras etapas del sistema solar.