Un equipo de investigadores británicos aporta en las páginas de Science un ejemplo más de cómo el cambio climático puede invalidar la selección natural. Así, muestran cómo las ovejas Soay, del archipiélago escocés de St. Kilda, se están volviendo más pequeñas, a pesar de los beneficios evolutivos de tener un cuerpo grande. Arpat Ozgul, del Imperial College London en Berkshire, y su equipo estudiaron la evolución del tamaño de las ovejas con un modelo matemático que predice cómo un rasgo determinado cambiará a lo largo del tiempo debido a la selección natural y otros factores que influyen en la supervivencia y la reproducción en estado salvaje. Sus resultados muestran que las ovejas han ido haciéndose más pequeñas a lo largo de los últimos 25 años, lo que se puede interpretar como una respuesta a la variación ambiental de ese periodo. A medida que los inviernos se han hecho más cortos y templados, los corderos ya no necesitan ganar tanto peso en los primeros meses de vida con tal de sobrevivir su primer año.