En un siglo, la esperanza de vida al nacimiento en España ha crecido 42,6 años entre las mujeres (hasta los 84,5 años) y 38,8 entre los varones (78,5) debido, principalmente, a un cambio en la estructura de la mortalidad. Debido a la drástica reducción en la mortalidad infantil, en la última etapa, “los mayores de 65 años han sido el principal sostén del aumento de la esperanza de vida reciente en la mayor parte de los países”, explica a Sinc Juan Manuel García González, autor principal del estudio de la universidad riojana.
Según este sociólogo, el gran motor del cambio durante esta etapa ha sido la disminución de las enfermedades circulatorias, sobre todo las cerebrovasculares, “que han descendido de manera regular en ambos sexos a todas las edades y durante el último período, aunque otras enfermedades del corazón no disminuyeron su mortalidad hasta los años 90”.
Según García, esta ‘revolución cardiovascular’ se debe a que en los últimos tiempos “ha mejorado el control y seguimiento de la hipertensión arterial, empiezan a reflejarse los datos de un menor alcoholismo y tabaquismo masculino, hay una mayor conciencia de prevención en salud y se ha mejorado la atención médica”.