Un estudio de científicos estadounidenses responde a la incógnita en torno a la desaparición estacional del tiburón peregrino (Cetorhinus maximus). Los investigadores han descubierto que el segundo pez más grande del mundo viaja durante meses en aguas tropicales del Océano Atlántico a profundidades de entre 200 y 1.000 metros durante el invierno.