Una colección de especies vivas para mostrar los secretos de la biodiversidad

Dar a conocer las maravillas de la biodiversidad es fácil si se puede mostrar, en primer plano, fenómenos como el camuflaje, el canibalismo o la metamorfosis. Con esta filosofía el Museo de la Ciencia de Valladolid ha presentado hoy la exposición Naturaleza Misteriosa, enmarcada en el Año Internacional de la Biodiversidad y que muestra, a través de vitrinas, la vida de tarántulas, ranas, saurios, serpientes o plantas carnívoras.

Un hombre observa una de las especies presentes en la muestra.
Un hombre observa una de las especies presentes en la muestra. Foto: Dicyt.

Según apunta Inés Rodríguez Hidalgo, directora del Museo, se trata de una muestra “espectacular, con animales vivos, y muy atractiva para visitar en familia”. La exposición se compone de paneles, medios audiovisuales, terrarios y vitrinas en las que se difunden, además, las consecuencias de ser atacado por algunos de estos animales o los efectos de las setas venenosas. En cuanto al veneno, la muestra recuerda que numerosas especies de serpientes y escorpiones producen toxinas que, además de servirles como defensa, les permiten cazar e incluso digerir alimentos.

Una de las especies que se exhibe es una cobra, serpiente venenosa que emplea todo un sistema disuasorio para hacer entender que es peligrosa, como detalla uno de los expertos que organiza la muestra. “La cobra se levanta y expande el cuello para mostrar un aspecto más grande del que tiene. Además, puede escupir el veneno por unos dientes modificados, de forma que su radio de peligrosidad es más grande”, explica. No obstante, sólo un 20 por ciento de las serpientes es venenosa y, la gran mayoría, ha tenido que buscar otros medios para cazar y defenderse. El principal sistema radica en el poder de constricción, consistente en enrollar su cuerpo sobre la presa hasta provocar la muerte por asfixia.

El camuflaje es otro de los aspectos en que se incide. Resulta ventajoso tanto para evitar depredadores como para acechar a las presas, dos situaciones en las que el animal desea pasar desapercibido. Una estrategia efectiva es parecerse a objetos comunes no comestibles como ramas, hojas o cortezas. En este sentido, la muestra cuenta con artrópodos como el insecto hoja (Phyllium giganteum), el insecto palo gigante australiano (Extatosoma tiaratum) o el insecto corteza (Eurycantha calcarata).

El color en la naturaleza

Por otra parte, se muestra la importancia del color en la naturaleza, que cumple diversas funciones. Permite a los animales camuflarse en su hábitat, mostrar ciertos estados de ánimo o indicar la defensa del territorio. Del mismo modo, asegura el experto, “cuando un animal presenta un color llamativo quiere decir que tiene veneno, aunque no siempre sea así”. En esta línea, el albinismo también está presente en los animales. Se trata de una anomalía genética en la que existe un defecto en la producción de melanina, lo que provoca una ausencia total o parcial de la piel.

La exposición recuerda también el fenómeno del canibalismo, el acto de alimentarse de miembros de la propia especie, lo que sucede frecuentemente en algunos artrópodos, Por ejemplo, en el caso de las arañas denominadas “viudas negras”, que devoran al macho después de la cópula para obtener energía inmediata y realizar la puesta de huevos. Por otro lado, los asistentes podrán ver una colección de plantas carnívoras: la Venus atrapamoscas (dionaea); rocío del Sol (drosera) y las plantas de jarra (nephentes). Estas plantas, que crecen habitualmente en suelos pobres en nitrógeno como las tierras pantanosas, obtienen la mayoría de sus necesidades nutricionales mediante la captura de animales y protozoos, como insectos y artrópodos.

Fuente: DiCYT
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