Turismo y calentamiento global, víctimas y verdugos

Aunque la nieve del invierno parezca contradecirlo, en España el cambio climático puede poner en peligro las estaciones de esquí con el aumento progresivo de las temperaturas. Pero el último informe del IPCC apuntó tímidamente que el turismo contribuye a las emisiones de CO2 y debería ser una de las industrias que ayude a paliar los efectos del calentamiento global.

Pistas de esquí de la Estación de Cerler (Huesca)
Pistas de esquí de la Estación de Cerler (Huesca). Foto: SINC.

Las nevadas y el éxito de esta temporada en las estaciones de esquí españolas no deberían desatender la tendencia y las series de los últimos años: la temperatura media está aumentando.

El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), presentado en 2007, hacía una cobertura más amplia sobre los impactos del cambio climático en el turismo. En este contexto, el turismo de esquí será uno de los grandes perjudicados porque depende del clima, y la falta de nieve ya no será casual.

En algunos sistemas montañosos como la Cordillera Cantábrica, las pistas situadas por debajo de los 2.000 metros ya están notando los efectos. Entre los años 2020 y 2050 la actividad de las estaciones sólo será factible en el Pirineo, por encima de los 2.000 metros y con cañones de nieve artificial, según un informe elaborado por los gobiernos catalán y francés.

“Los datos son claros en la mayor parte de las zonas montañosas del mundo: se está produciendo un retroceso en la línea de nieve y en la extensión de los glaciares”, explica Álvaro Moreno, investigador del Centro Internacional para la Evaluación Integrada y Desarrollo Sostenible (ICIS) de la Universidad de Maastricht (Holanda), y autor de un nuevo artículo en Tourism Review International.

Adiós a los glaciares

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó en 2007 otro informe en el que se predecía que en 2050 desaparecerían la mayoría de los glaciares alpinos, y por tanto las estaciones de esquí. Sólo con el aumento de un grado, el 25% de las pistas de los Alpes, por ejemplo, se verán afectadas.

Pero en España, las estaciones de esquí ya están sufriendo las consecuencias del calentamiento global y llevan varios años adaptándose a la variabilidad de la capa de nieve para que las temporadas sean rentables. Aunque este año no falte nieve, las pistas españolas se riegan cada vez más con nieve artificial.

“Las inversiones en nieve artificial han sido y son muy importantes, pero es posible que esta producción no sea una solución a largo plazo, ya que exige unos consumos energéticos y de agua que pueden poner en entredicho su sostenibilidad”, añade Moreno.

Sin embargo, esta “adaptación” de los destinos no siempre trae consigo la de los turistas, que pronto verán “un paisaje de franjas blancas rodeadas de montañas verdes”, apunta el investigador.

La “solución” a uno de los sectores españoles más lucrativos sería imitar a las especies animales que migran hacia latitudes y altitudes mayores, aunque muchas de ellas ya estén en lo más alto y terminarán desapareciendo. En este caso, el esquí en España está limitado porque, como señala Moreno, “no existe la posibilidad de desarrollar nuevas estaciones a mayor altitud”.

¿Un turismo sostenible?

El turismo mundial contribuye en un 5% a las emisiones de gases de efecto invernadero debido al transporte. El último informe del IPCC advirtió de ello, aunque de forma incompleta, señaló a la industria turística como una de las contaminantes, y aconsejó que ésta “desempeñara un papel importante para contribuir a la reducción de CO2”.

El turismo de esquí tendrá que adaptarse a los nuevos tiempos y “posiblemente diversificar las actividades” y ofrecer servicios que dependan menos de la nieve. En este caso, la conversión de estaciones de esquí a estaciones de montaña y la promoción de actividades durante la temporada de verano serían algunas alternativas.

La Organización Mundial del Turismo lleva años tratando de orientar el turismo hacia la sostenibilidad. Su secretario general, Francesco Frangialli ha manifestado en diversas ocasiones que “la relación entre turismo y calentamiento global son consideradas victimas y verdugos”.

“Mientras aumentan los niveles del mar, la desertificación, la deforestación y el derretimiento de la nieve y los glaciares que dañan la economía turística, nuestro sector también contribuye al proceso del calentamiento”, ha apuntado Frangialli.

En España, por ejemplo, se han creado iniciativas como el “Plan estratégico del Turismo Español Horizonte 2020”, que pretende, entre otras cosas, que la idea de sostenibilidad sea un eje básico en el turismo.

Desde este plan se ha lanzado la idea de un Observatorio sobre la Sostenibilidad del Turismo (OST) que incluya antes de 2020 los factores climáticos y el impacto al medioambiente.

Pero hasta la fecha, las estaciones de esquí no colaboran en la elaboración de estudios sobre su impacto en la naturaleza. Según Álvaro Moreno, éstas tienen series de datos meteorológicos de varios años y podrían ser de gran ayuda para elaborar y calibrar modelos que analicen las tendencias futuras.

Con o sin nieve natural, el futuro de las pistas de esquí está en el fomento de la sostenibilidad. Pero “aún queda un lago camino por recorrer”.

Fuente: SINC
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