Al igual que la investigación, la tarea de divulgar la ciencia se realiza cada vez más desde estructuras de coordinación en red que conectan numerosas experiencias, practicas e instituciones. Más de 200 profesionales de la comunicación científica (divulgación e información) se sentaron la semana pasada a discutir estrategias comunes en el congreso Comunicar Ciencia en Red.
Reunir a profesionales de diversos ámbitos, desde responsables institucionales hasta periodistas, pasando por investigadores y divulgadores científicos, era el principal objetivo del congreso Comunicar Ciencia en Red (ComCiRed) organizado en Barcelona por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), y la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC).
Quienes se dedican a la comunicación científica compartieron reflexiones, ly anzaron propuestas de cooperación. El filósofo Daniel Innenarity, profesor titular en la Universidad de Zaragoza, abrió las jornadas discutiendo el concepto de ciudadanía científica. De acuerdo a su descripción de la situación, vivimos en una sociedad que experimenta directamente fuera del laboratorio fenómenos tales como el efecto invernadero o la seguridad financiera global.
Asumir el riesgo de "conocer aplicando", sin experimentación ni regulación previa, es la tónica dominante, que a menudo se justifica por tratar hechos que no podemos repetir ni controlar, situación que en realidad se ha dado siempre en ciencias como astronomía o paleontología.
Además, según Innenarity, hoy ha quedado difuminada la barrera que antaño separaba a los expertos de los profanos en ciencia. Política e investigación se han mezclado hasta ser interdependientes, de modo que el saber científico pareciera construirse en un diálogo entre el mundo académico y otras instituciones sociales, políticas y religiosas. El saber ya no obtiene su certificado de validez únicamente en la academia, sino que se legitimará cada vez más mediáticamente, a través de fenómenos externos a la ciencia. Para bien o para mal, en este escenario en el que nos adentramos surge la necesidad de una participación ciudadana democrática en la gestión del conocimiento y la inversión en ciencia, y para este objetivo el periodismo de divulgación juega un papel fundamental.
Ciencia en la red y medición de su impacto
Nuevos medios se abren para la divulgación científica, como la televisión por Internet, que viene ganando adeptos a una velocidad de vértigo. El 68% de las personas declaran estar viendo menos televisión y más vídeo por internet según Graziella Almendral , directora de IndagandoTV, la primera televisión científica española por internet. Emisoras como esta tienen todavía que lidiar con el déficit de ancho de banda y de servidores potentes en España.
A pesar de enfrentar los mismos costes de producción que una televisión tradicional, este canal está logrando salir a flote con una programación propia enteramente dedicada a la divulgación científica.
El congreso de Comunicación de la Ciencia en Red ofrece un foro de intercambio de ideas para divulgadores, periodistas científicos, investigadores y responsables institucionales.
Otras iniciativas de comunicación en red presentes en el congreso fueron el Citilab de Cornellà, centro para la divulgación de las nuevas tecnologías de la comunicación, la revista Redes, publicación científica online que supera el tradicional modelo en papel para estas publicaciones, o los muchos portales de divulgación que están surgiendo, como divulgaUNED.es o E-ciencia.com. Alex Muerza, responsable de este último, que llegó a alcanzar un pico de 60.000 visitas diarias, hizo un rápido repaso a la basta red de redes sociales, blogs, listas de correo, comunidades virtuales que están empezando a aglutinar a las personas que por afición o profesión dedican sus esfuerzos a acercar la ciencia al ciudadano común. Laura Corcuera hizo una demostración de los servicios que ofrece la agencia de noticias científicas SINC, que ella coordina, a medios de comunicación y freelances, así como a responsables de prensa de centros de investigación, y al público en general.
Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona, denunciaba que "importantes secciones de ciencia se reducen o desaparecen hoy día, y hasta un 39% de las noticias de Ciencia copian directamente la redacción de la nota de prensa" lo que denota una falta de inversión en este periodismo, que sin embargo tiene una fuerte demanda, como prueban los crecientes índices de visitas a webs sobre ciencia.
Una de las dificultades que supone este marasmo de iniciativas de comunicación de la ciencia, cuya coordinación es solo incipiente, es lograr un seguimiento de su efectividad como transmisores de conocimiento. Gemma Revuelta, subdirectora del Observatorio de la Comunicación Científica propuso algunos indicadores para medir el impacto de la divulgación, teniendo para ello en cuenta las diferentes ‘dianas’ a que apunta la misma: publico participante, entorno local (pueblo o ciudad), la propia comunidad científica, las entidades involucradas y las organizaciones sociales. Mientras unos agentes buscan reforzar su imagen o atraer financiación, otros simplemente obtienen conocimiento. De la sincronización de todos estos intereses depende, en opinión de Gemma, el éxito del proceso de difusión.
Ponencia sobre indicadores para medir el impacto de la divulgación científica en el congreso ComCiRed 2009.
Medir este éxito no es fácil: “a veces no se trata de evaluar conocimientos adquiridos por los destinatarios sino cambios de actitud, alteraciones en su interacción social o en su sistema de valores”, explicó la investigadora. Para ello, desde el observatorio se realizan estudios cualitativos mediante entrevistas y observación de grupos, así como cuantitativos a través de csofisticados métodos de encuesta y sondeos a la población, conteo de visitantes a centros, seguimiento de apariciones en prensa, estadísticas de visitas a páginas web, crecimiento de la financiación, etc. Todos estos datos deben ser relacionados para elaborar un modelo explicativo del éxito o fracaso de las políticas divulgativas concretas a través del tiempo.
Coordinación de la divulgación científica
Entre las experiencias exitosas que se compartían para la comunidad, destacaba la expuesta por Pilar Durá como gerente de la Red de Universidades Valencias para el fomento de la Investigación y el Desarrollo (RUVID). A través de un convenio firmado en 2001, las cinco universidades públicas de esta comunidad, a las que luego se sumarían dos privadas, constituyeron una asociación sin ánimo de lucro para estimular la cooperación entre sus investigadores, mejorar la transferencia científico-tecnológica hacia la empresa y también la divulgación al conjunto de la sociedad.
La Unidad de Cultura Científica (UCC) de la RUVID, está actuando como coordinadora de las demás UCC’s de las universidades valencianas, potenciando la capacidad de las universidades para llegar a la sociedad, sirviéndoles de interlocutora con
La presentación de comunidades virtuales, redes sociales en Internet, foros, wikis y otras herramientas de comunicación fueron uno de los platos fuertes del congreso sobre Comunicación Científica en Red en Barcelona.
administraciones, empresas, medios, centros culturales, institutos, etc. Entre otras iniciativas, han impartido pautas de comunicación con los medios para los grupos de investigación y colaboran con los centros de formación del profesorado para aportar recursos destinados a fomentar vocaciones científicas entre los jóvenes.
Para analizar la divulgación a través de los museos, se presentaron los casos del Sistema de Museos de Ciencia y Tecnología de Cataluña, el Aquarium de Finisterre, y el Museo de las Ciencias de Castilla la Mancha, que están participando de sistemas de coordinación en red para compartir catálogos, exposiciones itinerantes y acciones de investigación de sus propios fondos históricos. Muchos comienzan incluso a ofrecer a sus visitantes la posibilidad de realizar una visita visrtual a los demás centros. Una de las problemáticas que abordaron en el congreso es la gestión de catálogos en red que puedan adaptarse tanto a muestras de pintura, escultura, etc. como a instalaciones orientadas a la divulgación de la ciencia.
La última sesión estuvo dedicada a la coordinación autonómica. Teresa Cruz Sánchez por la Red de Espacios de Divulgación Científica y Tecnológica de Andalucía, Estíbaliz León, por parte de Innobasque y Mónica Romero de la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología en Extremadura tuvieron ocasión de debatir asuntos de la agenda científica como la ya tradicional Semana de la Ciencia y otras iniciativas coordinadas.
Estas son solo algunas de las mesas que compusieron estos intensos dos días de intercambio de información, en los que más de doscientos profesionales de la comunicación científica continuamos afianzando las bases para una red estable de difusión que sirva de puente entre los laboratorios y la calle.
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