SINC ha logrado convertirse en ese 'Eurekalert' español que nos faltaba, y es una fuente a la que recurrimos muchos periodistas científicos para enterarnos de lo que se está 'cocinando' en los laboratorios de nuestro país.
Todos los que nos dedicamos a la divulgación científica viajamos en el mismo barco, y muchas veces tenemos que navegar contra viento y marea. Unos luchamos por conquistar nuevos espacios para la ciencia desde las redacciones de periódicos, revistas, radios o cadenas de televisión, otros desde agencias o gabinetes de comunicación, otros desde webs o blogs personales.
Pero aunque tengamos intereses, estrategias o visiones diferentes, nunca deberíamos olvidar que todos compartimos un objetivo común: que la ciencia tenga un peso cada vez mayor en la sociedad, que la ciencia salga de los laboratorios y nutra las conversaciones de la calle, que la gente hable de ciencia en los bares y no sólo de política, cotilleo o fútbol… en definitiva, que la visión científica de la realidad le gane terreno a la ignorancia y a la irracionalidad.
En este sentido, todos los periodistas y divulgadores científicos jugamos en un mismo equipo; y a pesar de todas las dentelladas provocadas por la crisis, estoy convencido de que formamos un equipo cada vez más potente, con un gran futuro por delante. Como demuestra cada día ese sondeo cotidiano que son las listas de noticias más leídas en las ediciones digitales de los periódicos, la ciencia fascina y engancha a muchísimos lectores.
En 2012 hemos vivido un ejemplo espectacular: la llamada higgsteria mediática desatada por el mítico bosón detectado en las entrañas subterráneas del CERN. La física de partículas podría parecer, a priori, el campo más alejado de los intereses cotidianos del común de los mortales. Sin embargo, el enorme impacto de esta noticia demuestra hasta qué punto la curiosidad por las grandes preguntas sobre los orígenes de la materia y el universo está viva en la sociedad española.
Historias para un público hambriento
La ciencia tiene grandes historias que contar, y si somos capaces de contarlas bien, con rigor pero a la vez con todos los recursos narrativos del mejor storytelling, tenemos un enorme público ahí fuera con hambre de conocimiento.
Dentro de ese equipo común al que pertenecemos todos los periodistas y divulgadores científicos de este país, el proyecto del SINC ha tenido y sigue teniendo un papel muy importante. Durante demasiado tiempo, los puentes entre los científicos y los medios de comunicación en España eran escasos o inexistentes. Y aunque probablemente todavía queda mucho por hacer en este terreno, no cabe duda de que la creación del SINC ha supuesto un gran paso adelante.
Antes de su nacimiento, siempre me había parecido que a los periodistas científicos españoles nos faltaba un 'Eurekalert' para conocer los hallazgos más importantes de los investigadores de nuestro país. Es decir, un gran portal, fiable y riguroso, al que acudir para conocer con antelación los trabajos más importantes producidos por los científicos españoles en todos los campos. Por eso, desde que me enteré de que se estaba empezando a gestar un proyecto de esta naturaleza, lo apoyé todo lo que pude.
Cinco años después de su creación, SINC ha logrado convertirse precisamente en ese 'Eurekalert' español que nos faltaba, y es una fuente a la que recurrimos muchos periodistas científicos para enterarnos de lo que se está cocinando en los laboratorios de nuestro país. Y lo ha hecho con una mentalidad multimedia, aprovechando al máximo la potencia de las herramientas audiovisuales para atraer al gran público a los descubrimientos científicos. Además, en un periodo en el que muchas redacciones de los grandes medios han sufrido recortes que han reducido (o directamente eliminado) las secciones de Ciencia, el papel del SINC como agencia de noticias de ciencia sin duda ha contribuido a apoyar la calidad del periodismo científico en España.
Los últimos cinco años no han sido fáciles para el periodismo en general, y para el periodismo científico en particular. Muchos profesionales de gran vocación y talento han perdido sus puestos de trabajo. Pero al mismo tiempo, hay motivos objetivos para la esperanza. En la era de Twitter, la ciencia puede ser (y con frecuencia es) 'trending topic'. Y estoy seguro de que lo será cada vez más. En este sentido, el éxito de SINC durante sus primeros cinco años de vida también es un excelente síntoma, y otro motivo para creer en el futuro del periodismo científico en España. Felicidades, compañeros, y que cumpláis muchísimos más.
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