SINC ha sabido convertirse en algo más que una agencia. En la selección –en ocasiones, casi hallazgo– de ciertos temas y en algunos enfoques y titulares, leo –oigo– voces personales que diferencian. Destellos de un sello propio, más allá de la ágil corrección de una agencia de noticias.
Hace poco me interesé por una investigación y mi interlocutor, tras explicar que aún no tenían conclusiones sólidas publicadas en una revista científica, me remitió a dentro de un par de años para facilitarme información que hacer pública.
Empleé a fondo mi capacidad de persuasión para hacerle ver que, aunque el día en que haya conclusiones tendremos una noticia, es también importante –para un suplemento de divulgación como Tercer Milenio– dar a conocer el trabajo de los investigadores en curso, retratar su labor, que es más búsqueda que hallazgo, para que la audiencia la valore. Y le convencí.
Hace falta contar hoy lo que hacen los investigadores hoy, el interés que tiene para la sociedad su trabajo y la importancia de que, con los medios oportunos, continúen haciéndolo durante años para llegar a alguna parte. Ahora, quizás más que nunca, necesitamos hacer visible el trabajo científico.
La ciencia, pero también el periodismo científico y la divulgación, viven tiempos duros. Desde hace unos años, sobrevivir ya es un triunfo que celebrar. Un triunfo pero no un milagro, porque detrás del aparente prodigio de no desaparecer hay una explicación: una apuesta decidida.
Es vital mantener las estructuras para seguir comunicando la ciencia a la sociedad. Tercer Milenio, el suplemento de ciencia y tecnología de Heraldo de Aragón, cumple veinte años en 2013; la agencia de noticias SINC, cinco. La decisión de Heraldo y el patrocinio del Gobierno de Aragón e Ibercaja están detrás de Tercer Milenio; la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, de SINC.
Voces personales que diferencian
En estos años, SINC se ha consolidado como emisor de información científica de calidad; su misión se ha visto incluso reforzada por la necesidad de llenar los huecos excavados por la crisis en los medios de comunicación. Además, ha sabido convertirse en algo más que una agencia.
En la selección –en ocasiones, casi hallazgo– de ciertos temas y en algunos enfoques y titulares, leo –oigo– voces personales que diferencian. Destellos de un sello propio, más allá de la ágil corrección de una agencia de noticias. Con su apoyo, podemos seguir cocinando desde los medios una apetecible mezcla de información y divulgación para que el público esté al día, valore la ciencia y disfrute con ella.
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