El fenómeno de la inmigración ha supuesto todo un reto para los profesionales de la salud, no sólo debido a los problemas de comunicación, sino también por los hábitos tradicionales para el tratamiento de enfermedades que predominan en los países de origen. En el Magreb, de donde procede un amplio porcentaje de los inmigrantes que llegan a nuestro país, el empleo de plantas medicinales en la medicina popular es una práctica habitual.
La Fundación Dr. Antonio Esteve ha editado la Guía de plantas medicinales del Magreb, un cuaderno en el que no sólo se enumeran los principales remedios naturales de la cultura popular del Magreb y sus principios activos, sino que también identifica cada una de estas drogas vegetales con sus diferentes denominaciones, sus equivalentes en árabe estándar y bereber y sus nombres populares traducidos a las cuatro lenguas oficiales de España. Todo con el objetivo de que el médico pueda identificar con exactitud el remedio tradicional y valorar si el paciente debe abandonar o no el tratamiento natural por posibles efectos adversos.
En la consulta, los pacientes no suelen mencionar el consumo de estos remedios alternativos, bien porque los consideran inocuos o por reparo. Los médicos, por su parte, tampoco suelen preguntar al respecto por falta de hábito y porque hasta ahora no existía una fuente contrastada que reuniera las características demostradas de este tipo de terapias naturales.
La guía reúne en imágenes a color las 25 plantas medicinales más utilizadas en el Magreb en completas fichas que contienen su descripción, los efectos adversos, contraindicaciones e interacciones conocidas con medicamentos convencionales. Realizado por José Alfonso del Villar Ruiz de la Torre y Esther Melo Herráiz, este Cuaderno es una de las escasas publicaciones contrastadas científicamente que llevan a cabo una crítica razonada de los remedios populares.